martes, 4 de enero de 2011

La revolución del estrato 1

Un claro ejemplo de la dinámica en el crecimiento del consumo lo muestra la más reciente encuesta realizada por Gallup para Dinero en torno a la pregunta ¿en qué gastan los colombianos?



Es una medición que se hace cada dos años, desde 2004, en las cuatro principales ciudades y en la cual se le toma el pulso a la distribución en el gasto de los colombianos.

Los resultados de la encuesta, para este año, son reveladores. Por una parte, el gasto promedio mensual de un hogar es de $2'474.413, cuando esa cifra en 2004 era de $1'514.154. Frente al año 2008, el consumo, en términos absolutos, creció 16%.

Del total del gasto, el mayor porcentaje se lo lleva la vivienda, que en general representa el 27,9%; mientras los alimentos participan con el 21%, resultados consistentes con los arrojados en los estudios anteriores. Sin embargo, se ven resultados y crecimientos interesantes en otros segmentos. Por ejemplo, mientras en 2004 el porcentaje de hogares que reportaba tener carro o moto en el hogar era 21%, para este año es 25%. El gasto total de transporte pasó de más de $172.000 mensuales, a $261.000, cerca de la mitad ($126.000) representados en aquellos que generan los carros y las motos (gasolina, impuestos y adicionales).

El otro tema relevante tiene que ver con las comunicaciones, cuyo gasto al mes pasó de $38.000 en 2004, a $138.000 este año. Este crecimiento se ve reflejado en los tres aspectos que se miden. El gasto mensual en telefonía celular, que en 2004 era de $23.800, es para este año de $54.100. El de televisión por suscripción pasó de $11.600 a casi $30.000, en el mismo periodo; y el de acceso a internet se multiplicó por ocho: de $3.400 a $24.400 cada mes.

En lo relacionado con deudas, en 2004, en promedio, cada hogar en Colombia destinaba $71.000 para su pago. Para 2010, la cifra llegó a $132.896. Finalmente, a nivel general, se destaca el porcentaje de hogares que reportan tarjeta de crédito. Mientras en 2004 fue del 15%, para este año esa cifra llega al 24%.

Pero, sin duda, el dato más importante que arroja el estudio es la tendencia creciente en el consumo del estrato 1. Un hogar de este estrato pasó de gastar al mes $834.550, en 2004, a $1'842.248, para este año. Si bien el valor de su consumo es menor, corresponde a uno de los estratos de mayor población que puede entregar el volumen que muchas empresas necesitan para crecer.

Hace seis años, en vivienda destinaba $366.000 al mes, para este año la cifra bordea $690.000. En alimentos ocurrió algo parecido con el gasto mensual, pasó de $365.000 a $519.000, y se convirtió en el renglón más importante en el gasto.

No obstante, este segmento de la población empieza a dar señales de importancia en otros gastos. En 2004, el 5% de sus hogares reportaba contar con carro o moto, hoy ese porcentaje llega a 22%. En el caso de las tarjetas de crédito, la participación en hogares pasó de 1%, hace seis años, a 11%, en la actualidad.

Otro claro ejemplo se da en comunicaciones. Por ejemplo, de $17.000 que gastaba al mes un hogar de este estrato en 2004, para este año aumenta a $40.300; en televisión por suscripción pasa de $5.900 a $15.800; y en acceso a internet da un salto gigantesco: de solo $100 que destinaba hace seis años, ahora gasta $14.700.

Ahora, el consumo del estrato 1 está apalancado en más endeudamiento. De $11.900 que destinaba hace seis años para el pago de sus deudas, hoy esa cifra supera los $132.000 mensuales.

Dentro de los resultados de la encuesta también se destaca el comportamiento del estrato 3, que incrementó su consumo, en términos reales, 18%, de 2004 a 2010; mientras en el estrato 2, el crecimiento fue del 13,1%, confirmando el protagonismo del consumo de la clase media en los países emergentes. Entre tanto, los estratos 5 y 6 crecen al 12,7% en el mismo periodo, y también en términos reales.

Este comportamiento se ratifica con el nivel de confianza de los consumidores. El análisis del índice de confianza de? Fedesarrollo por nivel socioeconómico muestra que en agosto la confianza aumentó en todos los niveles. La confianza de los consumidores de nivel bajo presentó una variación mensual positiva de 13,2 puntos y pasó de 24,4 en julio, a 37,6 en agosto. Por otro lado, la confianza de los consumidores de nivel medio (estratos 3 y 4) aumentó 10,9 puntos, pasando de 28,8 en julio, a 39,7 en agosto. Los consumidores de nivel alto (estratos 5 y 6) también mostraron un aumento en su confianza, la cual pasó de 34,8 en julio a 40,3 en agosto.

Sin embargo, no todas son buenas noticias. Uno de los estratos que limita más sus consumos es el 4 que, en términos reales, disminuyó su gasto mensual, de 2004 a 2010, en -4,7%.

Barranquilla, al alza
Además del positivo comportamiento del consumo en el estrato 1, el estudio de Gallup arroja otro resultado sorprendente: el protagonismo de Barranquilla en el consumo y la caída de Medellín.

En primer término, este año el gasto mensual de un hogar de la capital del Atlántico llega a $2'791.000 y casi iguala al de un hogar de Bogotá que registra $2'792.000. Con relación a la medición de 2008, el consumo en Barranquilla creció 39%, siendo la ciudad -de las cuatro medidas- que mayor incremento registró.

Varios hechos reflejan este crecimiento. En vivienda, cada hogar barranquillero pasó de gastar, en 2008, $428.100 mensuales a $664.000 este año; mientras en comunicaciones y esparcimiento sus gastos en seis años casi que se duplican. En el primero, de $78.700 mensuales que registraba en 2008 ascendió a $115.100; y, en el segundo, de $143.000 se ubicó en $185.000, para 2010.

Además, registra un aumento del porcentaje de hogares que reportan tener vehículo o moto: mientras en 2008 era de 21%, para este año llega a 27%. Situación similar se ve en otras áreas. Hace dos años, 23% de los hogares reportaban tener tarjeta de crédito, hoy es el 24%.

Y este crecimiento está apalancado en deuda. Para 2008, un hogar en Barranquilla destinaba $93.900 en el pago de sus deudas, hoy la cifra supera los $133.000.

La otra cara de la moneda la vive Medellín. Su consumo este año, frente a 2008, tuvo un comportamiento negativo (-12%). Las principales caídas se dieron en transporte (-14%); en vestuario y calzado (-31%); en esparcimiento y diversión (-31%) y en deudas (-68%).

Por su parte, Bogotá y Cali registraron crecimientos de 22% y 23%, respectivamente, en sus consumos, al comparar con el estudio de hace dos años.

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